
24 - Prosigue la historia del ferí
Published online by Cambridge University Press: 11 January 2024
Summary
Pues no puedo seguirte, ¡ay, Fili mía!
Siempre te seguiría mi pensamiento;
Morir quiero mil veces cada día
Antes que no vivir sin ti en tormento;
Pues cuando de te amar tuve osadía
Tan cierto y breve vi mi perdimiento
Que me dijeron luego allá mis hados
Llorad sin descansar ojos cansados.
Francisco de Figueroa, Estancias.La muerte de mi padre y la pronta y bien merecida venganza que de ella tomé súpose al instante por el mismo asesino que a mi justo furor escapara; mis amigos y parientes condujeron al pueblo el cadáver de Hamete Alhaquím, y después de tributarle los debidos honores fúnebres me nombraron de común acuerdo jerife de Benastepar; era tal destino en aquel momento carga tan pesada y molesta que solo el ardiente amor a la patria que en mi corazón se albergaba pudo hacérmelo admitir; ocupeme los primeros días en recoger los huérfanos, viudas y desvalidos que de la ciudad salieran; tristísimo era, por cierto, el espectáculo que presentaban aquellos desdichados; aunque muchos sacaron algunas alhajas de Ronda, la codicia de los soldados y la rapiña de los monfíes los despojaron de ellas, y hambrientos y extenuados se les veía a muchos tendidos por el suelo, cruzados los brazos, y esperando con piadosa resignación la hora postrimera que iba a acercarlos al trono del poderoso Alá. Redoblé mis esfuerzos, corrí día y noche por aquellos enmarañados vericuetos, y siempre volvía a mi lugar cargado de un botín tan precioso para mí; no descuidé en tanto la seguridad de mis compatriotas, pues, sabiendo que los moros de Cortes, Villaluenga, Grazalema y Ubrique se habían sometido al vencedor bajo pactos ventajosos, quise que disfrutase Benastepar de igual beneficio, y sacrificando al bien de mi país el odio que a los cristianos profesaba, los persuadí que una obstinada y loca defensa solo acarrearía nuestra total pérdida, y logré al cabo de muchos esfuerzos que nos dejasen tranquilos sin inquietarnos en lo más mínimo; iguales concejos di a los vecinos de Chúcar, Moclón y Benameda, mas ellos desatendieron mis justas reflexiones, y la destrucción total de sus pueblos fue el fruto de su gloriosa, pero estéril resistencia.
Cayó Granada entretanto, y la media luna se eclipsó en España quizás para siempre; los cristianos de Ronda, que nos trataban hasta entonces con algún miramiento, dejaron a un lado sus fingidas maneras.
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- El ferí de Benastepar, o los moros de Sierra BermejaEdición, Introducción y notas de Javier Muñoz de Morales Galiana y Daniel Muñoz Sempere, pp. 170 - 173Publisher: Boydell & BrewerPrint publication year: 2023